Antes tu hij@ vivía por y para el deporte. 

Tenías que sacarle a rastras del entrenamiento. 

Te contaba con gran entusiasmo los entrenamientos, las competiciones. 

El día antes de una competición estaba ansios@ y todo eran prisas para no llegar tarde.

Las notas en el cole iban bien, aunque algunas tardes teníais algún «tira y afloja» para que hiciera los deberes o tenías que recordarle 50 veces que tenía que leerse un libro para la semana siguiente.

Ya no es lo mismo 

No sabes muy bien que es, pero ya no está tan ilusionad@ como antes. 

Ya no te cuenta casi nada y cuando le preguntas qué tal está, suele responder con monosílabos.

Las notas han bajado, o tal vez no, pero los «tira y afloja» se incrementan.

Se le acumulan las tareas, falta un día al entrenamiento.

Tiene exámenes de evaluación, falta otro día al entrenamiento.

Le duele la cabeza, falta a otro entrenamiento.

No tiene tiempo para ir con sus amig@s, así que falta a un partido para ir a una fiesta súper importante.

No le das importancia, mientras las notas no bajen …

Si sigue así, en uno o dos años dejará el deporte, sobre todo si es chica. Créeme, lo he visto un montón de veces.

Y lo peor, es que tu hij@ no se siente mejor después de haberlo dejado y las notas no mejoran.